El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos
los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

Bertolt Brecht

jueves, 6 de mayo de 2010

Yuri Gagarin



YURI GAGARIN: Un joven asalta el cielo

Mundialmente se reconoce el 4 de octubre como el día en que se inició la era cósmica, pues en igual fecha de 1957, la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) lanzó al aire el primer satélite artificial de la Tierra.

Después de tres años de intensas investigaciones, el 12 de abril de 1961 los científicos soviéticos lograron realizar el primer viaje al Cosmos con un hombre a bordo, proeza que le correspondió a Yuri Gagarin.

La ciudad rusa de Gjask fue la cuna del cosmonauta, nacido en 1934. Muy joven se graduó en la Escuela Técnica de Saratov y dos años después, en 1957, ingresó en la Academia de las Fuerzas Aéreas de Orenburgo, en los Urales, donde alcanzó el grado de teniente.


Después de un arduo entrenamiento, a inicios de 1961 fue seleccionado para integrar el grupo de pilotos que en un futuro cercano serían cosmonautas. El 12 de abril de ese mismo año se tomó como el día señalado para iniciar el viaje a bordo de la nave Vostok 1, que le llevó a distancias comprendidas entre los 180 y 327 km de la superficie de la Tierra.

El lugar escogido para despegar fue el Cosmódromo de Baikonur, situado al mar de Aral, entre las estepas kazajas, que dan la impresión de ser anchas como el océano.

En una pequeña cápsula esférica de poco más de dos metros de diámetro, Gagarin viajó a una velocidad de 28 mil km por hora durante casi 90 minutos, tiempo en el que dio dos vueltas al planeta.

Posteriormente, el joven cosmonauta recordaba que en la cabina aromada por el aire del campo, le instalaron en el sillón y después que fue cerrada sin ruido la escotilla, quedó a sola con los aparatos, iluminados por luz artificial, aunque podía oír todos los ruidos exteriores.

Luego añadía en su relato que cuando escuchó la orden de partir, su mirada se detuvo en el reloj, que marcaba las nueve y siete minutos, hora de Moscú. Solo entonces oyó un fuerte silbido y un fragor. Percibió que la nave se estremecía y que muy despacio se iba desprendiendo de la instalación de despegue en una fuerte lucha con la gravedad de la Tierra. El cosmonauta describió ese momento como si una potencia que no podía rechazar, lo oprimiera cada vez más sobre el sillón; pero sabía también aquello solo duraría hasta que la nave tomara velocidad y entrara en órbita.

Cuando el centro de control de vuelos le dijo por el intercomunicador que habían pasado 70 segundos desde el despegue, solo respondió: “Me siento perfectamente. Todo va muy bien.”

Después señalaba Yuri que aunque había respondido con ánimo, pensaba: “¿Será posible que solo hayan pasado 70 segundos desde el despegue?”

En sus memorias recordaba Gagarin que para él fue inolvidable el momento en que salió de la órbita al anchuroso camino del Cosmos. Entonces el sistema de navegación inició la búsqueda de orientación hacia el Sol.

A las 10 y 25 minutos se conectaron automáticamente los motores de frenado y la nave empezó a entrar en las capas densas de la atmósfera, mientras el casco se recalentaba con rapidez. Sobre el retorno a la Tierra, el joven viajero señaló que por la escotilla veía el purpúreo reflejo de las llamas que se agitaban en torno a la nave, lo que le resultó imponente.

La misión terminó con éxito y el primer cosmonauta del mundo pudo aterrizar en el lugar previsto dentro del territorio soviético.


MATILDE SALAS

Fragmento extraído de http://www.somosjovenes.cu/index/semana12/yurigagar.htm#top



Rusia


Rusia

En trenes poseídos de una pasión errante
por el carbón y el hierro que los provoca y mueve,
y en tensos aeroplanos de plumaje tajante
recorro la nación del trabajo y la nieve.

De la extensión de Rusia, de sus tiernas ventanas,
sale una voz profunda de máquinas y manos,
que indica entre mujeres: Aquí están tus hermanas,
y prorrumpe entre hombres: Estos son tus hermanos.

Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.
Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas.
De cada aliento sale la ardiente bocanada
de tantos corazones unidos por parejas.

Ah, compañero Stalin: de un pueblo de mendigos
has hecho un pueblo de hombres que sacuden la frente,
y la cárcel ahuyentan, y prodigan los trigos,
como a un inmenso esfuerzo le cabe: inmensamente.

De unos hombres que apenas a vivir se atrevían
con la boca amarrada y el sueño esclavizado:
de unos cuerpos que andaban, vacilaban, crujían,
una masa de férreo volumen has forjado.

Has forjado una especie de mineral sencillo,
que observa la conducta del metal más valioso,
perfecciona el motor, y señala el martillo,
la hélice, la salud, con un dedo orgulloso.

Polvo para los zares, los reales bandidos:
Rusia nevada de hambre, dolor y cautiverios.
Ayer sus hijos iban a la muerte vencidos,
hoy proclaman la vida y hunden los cementerios.

Ayer iban sus ríos derritiendo los hielos,
quemados por la sangre de los trabajadores.
Hoy descubren industrias, maquinarias, anhelos,
y cantan rodeados de fábricas y flores.

Y los ancianos lentos que llevan una huella
de zar sobre sus hombros, interrumpen el paso,
por desplumar alegres su alta barba de estrella
ante el fulgor que remoza su ocaso.

Las chozas se convierten en casas de granito.
El corazón se queda desnudo entre verdades.
Y como una visión real de lo inaudito,
brotan sobre la nada bandadas de ciudades.

La juventud de Rusia se esgrime y se agiganta
como un arma afilada por los rinocerontes.
La metalurgia suena dichosa de garganta,
y vibran los martillos de pie sobre los montes.

Con las inagotables vacas de oro yacente
que ordeñan los mineros de los montes Urales,
Rusia edifica un mundo feliz y trasparente
para los hombres llenos de impulsos fraternales.

Hoy que contra mi patria clavan sus bayonetas
legiones malparidas por una torpe entraña,
los girasoles rusos, como ciegos planetas,
hacen girar su rostro de rayos hacia España.

Aquí está Rusia entera vestida de soldado,
protegiendo a los niños que anhela la trilita
de Italia y de Alemania bajo el sueño sagrado,
y que del vientre mismo de la madre los quita.

Dormitorios de niños españoles: zarpazos
de inocencia que arrojan de Madrid, de Valencia,
a Mussolini, a Hitler, los dos mariconazos,
la vida que destruyen manchados de inocencia.

Frágiles dormitorios al sol de la luz clara,
sangrienta de repente y erizada de astillas.
¡Si tanto dormitorio deshecho se arrojara
sobre las dos cabezas y las cuatro mejillas!

Se arrojará, me advierte desde su tumba viva
Lenin, con pie de mármol y voz de bronce quieto,
mientras contempla inmóvil el agua constructiva
que fluye en forma humana detrás de su esqueleto.

Rusia y España, unidas como fuerzas hermanas,
fuerza serán que cierre las fauces de la guerra.
Y sólo se verá tractores y manzanas,
panes y juventud sobre la tierra


domingo, 2 de mayo de 2010

LA VOZ A TI DEBIDA Versos 1449 a 1470



LA VOZ A TI DEBIDA

Perdóname por ir así buscándote

tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ése que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.

Y que a mi amor entonces, le conteste
la nueva criatura que tú eras.


Pedro Salinas

jueves, 29 de abril de 2010

Aceituneros



Aceituneros

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

Miguel Hernández

Olivar con cielo azul, Vincent VAN GOGH



miércoles, 28 de abril de 2010

Aleksandr Ródchenko




Александр Михайлович Родченкo

San Petersburgo, 5 de diciembre de 1891 - Moscú; 3 de diciembre de 1956



Escultor, pintor, diseñador gráfico y fotógrafo ruso, fue uno de los artistas más polifacéticos de la Rusia de los años veinte y treinta.

Fue uno de los fundadores del constructivismo ruso.

CARTELES




Cartel para Festival de Cine 1924


Cartel publicitario de chupetes



Cartel de la película El Acorazado Potemkin (Броненосец Потемкин)



Cartel de la película El Acorazado Potemkin (Броненосец Потемкин)



Cartel publicitario de botas de lluvia.




FOTOGRAFÍA




Stepanova




Pionera




Osip Brik




Madre



Mayakovsky






PINTURA










ESCULTURA














Celaya, Educar es...


EDUCAR ES...


Educar es lo mismo

que poner motor a una barca…

hay que medir, pesar, equilibrar…

… y poner todo en marcha.


Para eso,

uno tiene que llevar en el alma

un poco de marino…

un poco de pirata…

un poco de poeta…

y un kilo y medio de paciencia

concentrada.


Pero es consolador soñar

mientras uno trabaja,

que ese barco, ese niño

irá muy lejos por el agua.


Soñar que ese navío

llevará nuestra carga de palabras

hacia puertos distantes,

hacia islas lejanas.


Soñar que cuando un día

esté durmiendo nuestra propia barca,

en barcos nuevos seguirá

nuestra bandera

enarbolada.

Gabriel Celaya


ActividadActividad

TrabajoTrabajo

PasiónPasión

VoluntadVoluntad